Todos somos grandes en este mundo

cada individuo, independientemente de su condición, llega al mundo con el potencial de alcanzar la grandeza en su existencia? Todos portamos astros y fortuna propicia en nuestro destino, un componente espiritual engendrado en el cielo y determinado por nuestra manera de vivir en el planeta.

Antes de nuestro nacimiento, en el firmamento, nuestro destino no está definido. Nos encontramos bajo la tutela de Obatalá y nuestro egbe orun, compartiendo dicha y felicidad con nuestros semejantes celestiales. Cuando Obatalá bendice a una familia con un infante, se realiza una consulta celeste. Seewo, la cabeza del egbe, recibe detalles sobre la familia y su situación.

Seewo selecciona a la persona adecuada para la familia y le indaga cómo anhela vivir en la tierra, perfilando así su destino. Resulta esencial proseguir con el servicio a los antepasados y realizar lo correcto para asegurar la fortuna. Aunque algunos optan por destinos desafiantes, existen modos de cambiarlos en la tierra.

Edificar tu gloria espiritual implica descubrir tu auténtica esencia. Iniciar ikin ifa y llevar a cabo la iniciación (isefa o itefa) revelará el sendero correcto. Identificar lo que ingieres o haces que no está en armonía con tu ori también es primordial. Descubrir tu significado genuino te conllevará a una vida plena y exitosa.
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