La conexión entre el devoto y su padrino o madrina es un pilar fundamental en el universo de las consagraciones religiosas. Al recibir cualquier consagración, se establece un vínculo sagrado con aquel que guía y entrega los ritos, convirtiéndose así en padrino o madrina. Mantener este linaje con respeto y cautela es esencial, evitando recibir deidades de forma superficial o de fuentes no adecuadas, pues esto puede acarrear complicaciones en el futuro.
Es imprescindible comprender que las consagraciones en la religión Osha son compromisos de por vida. Contrario a lo que algunos puedan creer, estas consagraciones son decisiones irrevocables. Una vez recibidos los collares de fundamento u otras deidades, no hay marcha atrás. Aunque se puedan desechar los objetos físicos, la consagración perdura y queda reflejada en cualquier consulta con el Oráculo, ya sea del Diloggun o del Okpele.
Además, es vital reconocer que las deidades en la Osha requieren atención continua y cuidados especiales, pues están vivas en un sentido espiritual. Al aceptar estas deidades, el devoto asume la responsabilidad de su cuidado, mientras que ellas, a su vez, velan por su bienestar y protección. Por tanto, antes de aceptar una consagración, es esencial informarse adecuadamente sobre cómo honrar y cuidar a estas deidades, así como los elementos necesarios para su atención apropiada.
Por último, es crucial recordar que las deidades en la Osha merecen un respeto absoluto. Son seres vivos en el ámbito espiritual y, como tales, exigen y merecen consideración y reverencia. Cada consagración es única y sagrada, representando un lazo especial entre el devoto y lo divino. En resumen, la relación entre el devoto, su padrino o madrina, y las deidades consagradas es un viaje de respeto, cuidado y compromiso mutuo que merece ser honrado y preservado con amor y devoción.
"Iborù iboyá ibosheshe..." 🌟💚💛