Ninguno de nosotros es totalmente fácil de tratar, claro que podemos ser buenas personas pero también somos personas con defectos, heridas, traumas, creencias, y características que forman nuestra personalidad, una personalidad imperfecta. Algunos sufren de baja autoestima, otros de ego, quizá extrema sensibilidad o soberbia, algunos con sentido de inferioridad y otros de superioridad. Nadie es perfecto aquí, cada uno de nosotros tenemos nuestra sombra y una historia, errores y decisiones que no nos atrevemos a decir en voz alta. Una mala acción no nos convierte en villanos pero tampoco una buena, en santos. Tenemos que tener los pies bien puestos sobre la tierra, y aceptar tanto lo bueno en nosotros como lo malo, solo así encontraremos la manera de estar en paz con lo que somos, mientras nos convertimos en aquello que queremos.
Ifá enfatiza la importancia del autoconocimiento y la introspección, guiados por los consejos de los orishas y la sabiduría de los babalawos. La aceptación de nuestras imperfecciones y la búsqueda de equilibrio en nuestras vidas son fundamentales para alcanzar una conexión profunda con nuestro destino y la naturaleza divina. Ifá nos recuerda que la perfección no es la meta, sino la autenticidad y la integridad en nuestro camino.El reto, desde la perspectiva de Ifá, es encontrar paz y armonía dentro de nosotros mismos mientras continuamos nuestro viaje hacia la mejor versión de quienes queremos ser, siempre alineados con nuestro destino y guiados por la sabiduría ancestral.