El Iruke, un símbolo de gran relevancia en la práctica religiosa, ostenta un profundo significado al representar tanto el dominio sobre las energías negativas como la purificación espiritual. Este atributo esencial acompaña al iworo en su viaje final, desempeñando un papel crucial en la comunión con los orishas y la armonización con los elementos de la naturaleza.
La meticulosa confección del Iruke involucra la selección de pelos de animales como caballos, vacas, toros o mulas, ajustándose a la deidad específica a la que está dedicado. Además de su rol ceremonial, el Iruke de Obatala, también conocido como el "Rabo de Obatala," cumple una función vital al purificar el féretro del iworo u oluo tras su partida.
Este símbolo de poder no solo es esencial para los creyentes, sino que también requiere consagración por parte de individuos con conocimientos religiosos. Cada variante del Iruke, ya sea el de Oya, Orula u otros orishas, posee un significado profundo y se utiliza en ceremonias específicas para despejar energías negativas y preservar la pureza espiritual.
En resumen, el Iruke es un elemento fundamental en la religión, actuando como un puente poderoso entre los fieles y los orishas, al tiempo que simboliza el control y la purificación espiritual en esta práctica religiosa.