Todas las personas tienen puntos vulnerables en su constitución psico física espiritual, puntos vulnerables que no son comunes a todas las personas. Porque las diferentes debilidades anatómicas, fisiológicas, psicológicas y espirituales que caracterizan a cada uno de los individuos vivos, dependen del crecimiento personal por cada uno y por cada una alcanzado, y dependen de las vivencias que las personas se proporcionan, y dependen también de la forma en que deciden vivir su vida cuando esta opción está disponible, y de la forma en que asumen los desafíos que la experiencia de vivir les proporciona. Pero todas las personas tienen un punto vulnerable común, que puede estar más accesible a los demás y a sí mismo o a sí misma, o menos accesible, o sea, más o menos visible, más o menos evidente, o más o menos oculto, pero está, y si se busca bien, siempre se le encontrará. La persona humana tiene un punto vulnerable: Su propio corazón. Esta debilidad de las personas les lleva a vivir de acuerdo a pautas emocionales. Son muchas las personas que viven todo el tiempo en el nivel emocional, que viven siguiendo dictados de sus corazones, y no siguiendo pautas de entendimiento procesadas por sus mentes. Una de las primeras enseñanzas que debería considerar toda persona con entendimiento, para aplicarla a su gestión de vida, es que: "la mente no debe subordinarse jamás al corazón, que el corazón jamás debe prevalecer sobre la mente". Y quienes se comprometen con el Culto a Orísha, deberían convertir esta enseñanza en un mandamiento. Porque no es otra cosa que eso, un mandamiento. Sin embargo, las personas se educan todo el tiempo de espaldas a este principio del misticismo y de la espiritualidad. "Las personas viven en el nivel emocional la mayor parte del tiempo, y para mayor conflicto, no se dan cuenta de ello". Muchas personas creen estar siendo objetivas u objetivos en sus vidas, pero no se han detenido a examinar sus propias declaraciones, sus ideas y sus propias actuaciones erróneas en la comunidad, y en sus vidas personales. Actuaciones erróneas que se basan en creencias erróneas, y estas creencias erróneas han tomado el control de sus mentes, por una sola razón: "Por vivir en el nivel emocional, dominados por sus propios corazones". Ejemplo: "La creencia de que haga lo que haga la persona que está consagrado o consagrada con Orísha – incluso aunque la persona deje de atender a Orísha durante mucho tiempo – igual estará siempre Orísha ahí, pendiente de él o de ella, y en disposición de servirle o de salvarle". Esta creencia más o menos extendida, es una mentira construida con perspectivas emocionales. La consagración a Orísha se establece siempre mediante un pacto. Y un pacto es un pacto. Se asume que, en un pacto entre dos o más partes, cada parte tiene un compromiso que asumir, cada parte tiene una responsabilidad que enfrentar. Si la persona no cumple su parte en el pacto, si no atiende a Orísha, si no le hace ofrecimientos, si la persona consagrada no observa las normas del culto, si no atiende sus fundamentos consagratorios, si periódicamente no hace comunión con Orísha poniendo sobre su cuerpo los atributos del juramento sagrado, si no hace comunión con Orísha bañándose con el mismo omiéro con que ha bañado a las representaciones materiales de las deidades, si no hace comunión con Orísha degustando los animales que fueron ofrecidos en holocausto a Orísha, si no cumple con Itá, si la persona se olvida que Orísha existe, Orísha se alejará de la persona, y no regresará sin mediar ceremonias especiales, porque así lo indica el sentido común, y porque así está documentado, advertido y decretado por Ifá = La palabra de Oloddumare.... Y los fundamentos consagratorios quedarían vacíos de ashé de Orísha, al desvanecerse la protección de Orísha un tiempo después de haberse retirado la deidad..... -No importa el tiempo que se tomen para entender que esto es y ha sido siempre así, importa que en algún momento lleguen al entendimiento de esto. -No es cierto que Orísha se mantendrá incondicionalmente junto a quien solicitó su protección, según lo revelado en el Óddu Oyekún Juáni (Oyekún – Ojuáni = 2 - 11), donde: "Nace el dogma de que Orísha retira su protección y se aleja, cuando se deja de atenderle". "Nace el dogma de que para recuperar la protección y atención de Orísha que se retiró y se alejó, hay que oficiar ceremonias especiales". -No es cierto que Orísha se mantendrá incondicionalmente junto a quien solicitó su protección, aunque la persona jamás se acuerde que Orísha existe, porque entonces: "Orísha estaría declarando que es esclavo o esclava incondicional de la persona". - Algo que no puede suceder, algo en lo que ni siquiera se puede pensar mucho sin ofender a Orísha. Y ninguna persona nacida tiene inmunidad para ofender a Orísha -No es cierto que Orísha se mantendrá incondicionalmente junto a quien solicitó su protección, aunque la persona jamás se acuerde que Orísha existe, porque así: "Orísha estaría creando las condiciones para la destrucción de su propio culto", pues entonces se transmite el mensaje obvio de que el culto no es necesario Otro ejemplo: "La creencia de que el Ángel de la Guarda, refiriéndose a la deidad Orísha tutelar de la persona, le evitará a su hijo o hija, que pase por las mismas experiencias de vida amargas, que vivió la deidad en su condición humana". Esto también es falso. Es una mentira bonita, una mentira tierna, porque está construida con perspectivas emocionales, porque está pensado con el corazón, no con la mente, pero una gran mentira. - No es cierto, porque la deidad "Orísha
No es cierto, porque la deidad “Orísha tutelar” no tiene el poder de evitar que su hijo o hija pase por las mismas experiencias amargas que vivió la deidad en su condición humana. Esta creencia, aunque reconfortante, no se ajusta a la realidad. Es una ilusión construida sobre emociones, no sobre razón. Es importante entender que cada individuo enfrenta sus propias pruebas y tribulaciones en la vida, y no se pueden eludir simplemente invocando la protección de una deidad.
El camino hacia la comprensión y el crecimiento espiritual implica despojarse de las ilusiones emocionales y abrazar la verdad, por más dura que pueda ser. Solo así se puede forjar una conexión auténtica con lo divino y encontrar la verdadera paz interior.